Ejecutivos petroleros contemplan más problemas en 2016

El sector petrolero se encuentra en crisis y eso se percibe fuertemente en la nueva edición de la conferencia IHS CERAWeek, donde los ejecutivos se mantienen cautos en sus predicciones y muchos miran directamente al 2017
Wednesday, 24 February 2016

Los principales ejecutivos petroleros del mundo parecen coincidir en algo: este año parece que será tan malo, que muchos miran directamente al 2017 y más allá para hablar de esperanzas de un reequilibrio del mercado, que hasta ahora ha sido esquivo para la industria.

En abril del 2015, reinaba la especulación sobre cuándo los precios del crudo tocarían fondo, y la idea de que pudieran cotizar a menos de 60 dólares el barril tras desplomarse desde más de 100 dólares era considerada improbable.

Esta vez, con precios cerca de 30 dólares por barril, los ejecutivos petroleros que asisten a la conferencia IHS CERAWeek son más solemnes y cautos en sus predicciones.

"Este año estamos en modo de supervivencia", comentó el presidente ejecutivo de la petrolera estatal colombiana Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, en la conferencia el martes.

Los ejecutivos centran sus esperanzas en pronósticos de que la demanda global de petróleo seguirá subiendo y finalmente eliminará la sobreoferta mundial, creada en parte por la bonanza de la extracción de petróleo de esquisto durante la última década.

Sin embargo, ante la predicción de la Agencia Internacional de Energía de que el reequilibrio comenzará el próximo año y continuará en 2018, el inquietante mensaje es que muchas petroleras, principalmente productores de esquisto en Estados Unidos, podrían no sobrevivir para ver esa recuperación.

Mark Papa, ex presidente ejecutivo de EOG Resources y pionero en la extracción de esquisto, dijo que esta era la peor caída del mercado que ha visto desde 1986.

"Creo que veremos emerger de las cenizas una industria mucho más estable y enfocada en la hoja de balances, pero será realmente difícil atravesar este valle", sostuvo Papa, que ahora es socio de la empresa de capital privado Riverstone Holdings. Más de 40 energéticas estadounidenses se han declarado en bancarrota desde comienzos de 2015 y se prevé que haya más.