La IEA advirtió de los riesgos para la seguridad energética y los mercados del aumento de la caída de la producción en los campos de petróleo y gas existentes debido a una mayor dependencia de recursos como el petróleo de esquisto, que se agotan más rápido que los campos convencionales.
En su informe, la Agencia Internacional de la Energía (IEA) consta que esta tendencia implica para el sector "una inversión mucho mayor solo para mantener la producción actual".
"Casi el 90 % de la inversión anual se destina únicamente a compensar la pérdida de suministro en los campos ya operativos y solo una pequeña parte a satisfacer el aumento de la demanda", alerta el director ejecutivo de la IEA, Fatih Birol.
En el caso del petróleo, la falta de inversión en exploración y producción eliminaría del balance global del mercado una cantidad equivalente a la producción combinada de Brasil y Noruega cada año.
"Esta situación significa que la industria tiene que correr mucho más rápido solo para mantenerse en el mismo lugar. Es necesario prestar mucha atención a las posibles consecuencias que esto puede tener para el equilibrio de los mercados, la seguridad energética y las emisiones", anota Birol.
De acuerdo con la IEA, las tasas de declive varían ampliamente según el tipo de yacimiento y la geografía: los campos petroleros supergigantes en tierra firme de Oriente Medio disminuyen a menos del 2 % anual, mientras que los campos más pequeños en alta mar en Europa promedian más del 15 % anual.
El petróleo de esquisto y el gas de esquisto, que van ganando mercado con el paso de los años, tienen un declive aún más pronunciado: sin inversión, la producción cae más del 35 % en un año y un 15 % adicional en un segundo año.
Por ello, el informe apunta a la necesidad de "desarrollar nuevos recursos para mantener la producción global de petróleo y gas constante a lo largo del tiempo".
Aún contando con esa posibilidad de una inversión continua en los yacimientos existentes, mantener los niveles de producción en los niveles actuales será complicado en las próximas décadas, según la IEA.
Para 2050, se necesitarían más de 45 millones de barriles de petróleo por día y casi 2.000 millones de metros cúbicos de gas provenientes de nuevos campos convencionales, equivalentes a la suma de la producción total de petróleo y gas de los tres principales productores mundiales combinados.
"Sin embargo, estas cantidades podrían reducirse si la demanda de petróleo y gas disminuyera", refiere.